La importancia del testamento vital
Al igual que podemos contratar un seguro de decesos porque nadie tenga que preocupar de nuestro entierro, podemos hacer un testamento en vida y dejar nuestras últimas voluntades avanzadas ante cualquier contratiempo que nos pudiera suceder.
Desde hace unas décadas, aspectos como la decisión de donar órganos tras el fallecimiento o cómo actuar en caso de depender de la conexión a una máquina han tomado mucha relevancia. Para evitar estos problemas se planteó el llamado testamento vital, documento de voluntades anticipadas o instrucciones previas.
¿Qué es?
El testamento vital es un documento en el que una persona deja constancia por escrito de que debe hacerse si no cuenta con poder de voluntad antes de morir. Se utiliza cuando el que lo realiza se encuentra en una condición física o mental incurable o irreversible y sin expectativas de curación y no tiene lucidez mental debido a una enfermedad, u otro motivo, para decidir sobre los cuidados que se desean tener y el tratamiento de la salud; así como para definir cómo quiere que se produzca su muerte si se dieran estas circunstancias irreversibles. Esta declaración se usa también en situaciones de coma irreversible o pérdida de conciencia definitiva. También puede definir otros aspectos como si se autoriza la donación de órganos.
El documento es de obligado seguimiento para los profesionales sanitarios y hospitales y familia de quien lo firma. Para que sea siempre efectivo y no haya problemas el documento deberá registrarse en el Registro de instrucciones previas de la Generalidad, y adjuntarse en la historia clínica del paciente para facilitar su acceso por los profesionales médicos. En cualquier momento el paciente puede revocar oralmente, es decir, transmitir a su familia o médico que no quiere que se aplique y también en cualquier momento puede eliminarlo del registro o cambiarlo.
Nueva ley
En agosto de 2017 el Gobierno modificó la Ley de Autonomía del Paciente levante la decisión a los familiares de un enfermo terminal que no puede expresar su voluntad y no ha realizado un testamento vital. Son los médicos los que tomarán la decisión o recurrirán a los tribunales para determinar qué hacer.
Con la nueva ley no importa que el enfermo haya trasladado su voluntad previamente expresada si no hay un documento que lo acredite, y este es el testamento vital, documento de voluntades anticipadas o instrucciones previas. Así pues, la importancia de este documento es muy relevante, ya que con él se puede determinar cómo proceder en estos casos sobre:
La instrucción sobre los cuidados o tratamientos que deseamos o no recibir.
- Nombrar uno o varios representantes de confianza que actúen como interlocutores ante el equipo médico responsable para garantizar que se cumple el testamento vital o las voluntades anticipadas.
- El deseo de ser enterrados o incinerados; de recibir atención religiosa o no, si se quieren hacer ritos religiosos o no. El epitafio y texto de la inscripción que se desea poner en la lápida, etc.
- Si se acepta la donación de órganos.
Este documento puede otorgarlo una persona mayor de edad, capaz y libre, y con la misma libertad y requisitos se puede revocar o modificar su contenido. Si el paciente no ha realizado este testamento vital, la responsabilidad sobre estas decisiones caen en los familiares.
Una vez realizado el documento que detalla las últimas voluntades, procedimientos a seguir en cada caso y personas de confianza que son garantes del cumplimiento de este, se debe realizar ante notario, ante tres testigos o bien registrarse en un registro oficial de instrucciones previas.
Si necesitas asesoramiento puedes ponerte en contacto con el personal de La Previsión.